Ubicada en el corazón de la Ciudad de México, la calle de San Lázaro es una de las más antiguas y emblemáticas de la metrópoli. Esta vía, que lleva el nombre de un santo católico, tiene una historia rica y llena de significado que se remonta a la época de la colonia.
San Lázaro es una calle con una gran importancia histórica y cultural. En la época prehispánica, esta zona era conocida como “Tlacopan” y formaba parte de la ciudad de Texcoco, una de las ciudades más importantes del imperio azteca. Tras la llegada de los españoles, la zona fue conquistada y colonizada, convirtiéndose en un importante centro urbano de la Nueva España.
Durante la época colonial, la calle de San Lázaro se convirtió en uno de los principales accesos a la Ciudad de México desde el norte. Por esta vía, llegaban los comerciantes, viajeros y misioneros que se dirigían a la capital del Virreinato. También se construyeron en esta zona importantes edificaciones religiosas, como el Convento de San Lázaro, que dio nombre a la calle.
En el siglo XIX, la calle de San Lázaro fue testigo de importantes acontecimientos históricos, como la Independencia de México y la Revolución Mexicana. Durante estos periodos, la calle fue escenario de batallas, manifestaciones y marchas que marcaron el rumbo del país.
Hoy en día, la calle de San Lázaro sigue siendo una de las vías más transitadas de la Ciudad de México. A lo largo de sus kilómetros de extensión, se pueden encontrar una gran variedad de comercios, restaurantes y edificaciones históricas que dan cuenta de su rica historia.
En definitiva, la calle de San Lázaro es mucho más que una simple vía de comunicación. Es un lugar cargado de historia, tradición y cultura que ha sido testigo de los grandes cambios que ha experimentado la Ciudad de México a lo largo de los siglos. Por ello, es un lugar que merece ser visitado y explorado para conocer un poco más sobre la historia de esta fascinante ciudad.
