La Habana, la capital de Cuba, es una ciudad que se encuentra en constante evolución. A medida que el tiempo avanza, nuevos edificios modernos se incorporan al paisaje urbano de la ciudad, combinándose de manera armoniosa con la arquitectura colonial que la caracteriza. Uno de los ejemplos más emblemáticos de esta mezcla entre lo antiguo y lo nuevo es el Edificio Focsa.
El Edificio Focsa, inaugurado en 1956, es considerado uno de los edificios más altos de La Habana y un ícono de la arquitectura moderna en la isla. Con sus 39 plantas y una altura de 121 metros, este edificio residencial y comercial se ha convertido en una de las construcciones más reconocidas de la ciudad.
Diseñado por el arquitecto cubano Ernesto Gómez Sampera, el Edificio Focsa se caracteriza por su estilo racionalista y su fachada de hormigón armado. Su construcción se llevó a cabo en un tiempo récord de cuatro años, lo que en su momento fue considerado un verdadero logro de la ingeniería cubana.
Además de su impactante apariencia exterior, el Edificio Focsa alberga en su interior numerosos apartamentos residenciales, oficinas comerciales, un hotel, un restaurante y una piscina en la azotea con vistas panorámicas de la ciudad. También cuenta con un teatro que ha sido sede de importantes eventos culturales a lo largo de los años.
A pesar de haber sido construido hace más de 60 años, el Edificio Focsa sigue siendo un punto de referencia en La Habana y una muestra del talento y la creatividad de los arquitectos cubanos de la época. Su presencia imponente en el skyline de la ciudad es una reminiscencia de un pasado lleno de grandes realizaciones arquitectónicas y un recordatorio de que La Habana es una ciudad en constante evolución, donde lo moderno y lo tradicional conviven en perfecta armonía.
