Al examinar los antecedentes económicos de Cuba, resulta evidente que el país se enfrenta a importantes limitaciones económicas. Con un PIB declarado de 107.400 millones de USD, considerablemente inferior a los 4,3 billones de USD de Alemania, y un gobierno conocido por inflar las cifras del PIB, Cuba es percibida a menudo como un país pobre.
Para arrojar luz sobre la gravedad de la situación económica, los salarios pueden aportar más datos. El salario mínimo por una semana laboral de 44 horas es de 2100 pesos, y los jubilados reciben una pensión de 1528 pesos. Sin embargo, teniendo en cuenta el tipo de cambio del Banco Central de Cuba de 130 pesos por 1 euro, el salario mínimo mensual para un cubano que trabaje por
el Estado es de aproximadamente 16 euros, mientras que la pensión para los ancianos ronda los 12 euros.
La jerarquía de necesidades de Maslow destaca la alimentación y la vivienda como las necesidades más básicas. Sin embargo, debido a los bajos salarios y a las malas condiciones de vida, una parte importante de la población lucha por satisfacer estas
necesidades fundamentales. Cuando lo primordial es ganar lo suficiente para alimentar a la familia, resulta difícil dar prioridad a la igualdad de género.
Además, el entorno político en Cuba plantea obstáculos a las causas feministas. Cuba, que opera bajo una política de partido único con tolerancia cero para las creencias políticas externas, prohíbe cualquier manifestación política, a pesar de que la constitución cubana reconoce derechos como el de reunión, manifestación y asociación. Como resultado, las manifestaciones a favor de los derechos de las mujeres son a menudo denegadas, ya que estas organizaciones suelen tener ideologías políticas contrarias a las del gobierno cubano.
Existen limitaciones similares para las organizaciones de masas, ya que sólo las alineadas con las creencias del gobierno reciben aprobación.
La principal organización de mujeres en Cuba, la FMC (Federación de Mujeres Comunistas), aunque nominalmente no gubernamental, fue
creada por el gobierno y se alinea con sus creencias. Las mujeres cubanas son inscritas automáticamente en la FMC a la edad de 14 años, y el miedo o la desinformación impiden a menudo que se den de baja.
Sin embargo, a pesar de su existencia, la FMC ha tenido un impacto mínimo en la última década. Para combatir estos retos, una plataforma en línea llamada “Yo si te…
